El «Gallo» cantó campeón con Campos
Esteban Pérez es una de las figuras que presentó Campos de Echeverría para adjudicarse la primera edición de la categoría +50 en el Maxibásquet. Dentro del proyecto elaborado por Gabriel Ruocco, el Gallo es otro de los que pasan su semana en otras ciudades embarcados en sus proyectos personales y laborales, y viajan para el día del partido que les toque disputar.
Con un ilustre recorrido por el básquet argentino, que no solo incluyó la camiseta nacional, sino el haber sido protagonista de aquel célebre juego ante el Dream Team de 1992, con una constelación de estrellas jamás vuelta a reunir, Rosarino, este alero de 2 metros vistió en los albores de la Liga las camisetas de Estudiantes y Olimpo, en los años donde la capital del básquet presentaba tres equipos. Tras un cierre a su carrera profesional en el Federal, estuvo alejado de la práctica activa, hasta surgir esta chance de jugar en Campos, a instancias de su gran amigo, Raúl “Chuni” Merlo.
“Ante todo debo agradecer a mi amigo el Chuni, quien me acercó a Gabriel; luego de un par de reuniones con él, acomodé un poco mis horarios y retomé el básquet, para Campos B. Eso fue hace tres años y me puso muy contento porque comencé a correr un poco, y por mi actividad privada, podía venir a Buenos Aires y quedarme en un lugar donde dormir y descansar luego de jugar. También ingresar a los vestuarios y ponerme más a tono con mis compañeros; recuerdo mi primer partido, fue contra Hebraica, de visitante, y la verdad abollé el aro…. Pero bueno, de a poco me puse en mejor estado y darle al equipo algo de puntos y juego. Ese año terminamos sub-campeones”, expresa el Gallo en un rato de su agitada agenda, que lo tiene trabajando en un rubro completamente disímil al del básquet.
En su repaso de los años previos a recalar en Campos, menciona equipos del amplio mapa argentino, entre los cuales asoman Monte Hermoso e Hispano Americano; en ambos, de manera profesional, y entrenando en doble turno, con sus 44 años a cuestas, y miles de batallas sobre el lomo. Fue entonces, tiempo después, cuando en un amistoso realizado en el Luna Park contra ex estrellas de la NBA (entre ellas Dennis Rodman), Merlo le presentó a Ruocco.
“Hoy Gabriel es un amigo, y estoy completamente agradecido por haberme llamado, y tener la posibilidad de jugar nuevamente, y compartir el vestuario junto a otros muchachos muy buena onda, con un trato de muchísimo respeto”, agrega el Gallo.
Una vez llegado al ritmo de competencia propicio, se le pregunta sobre el nivel en el Maxibásquet de FeBAMBA, y si con su pasado ilustre en este deporte, le ha tocado lidiar con rivales que le hicieron sentir el rigor.
“Me adapté muy bien con mis compañeros, y con ellos salimos simultáneamente sub-campeones y campeones en Campos B. Muy buenos compañeros, quienes me hicieron volver a disfrutar el vestuario e intentar dar lo mejor. A veces debe entenderse que me levanto a las seis de la mañana, viajo 500 kilómetros, y luego de trabajar todo el día, hay que ponerse los cortos y salir a la cancha a jugar. Se debe tener cuidado, porque con cincuenta años, realmente es complicado brindar todo, la cabeza va más rápido que el físico. Con respecto a los contrarios, han sido muy ubicados conmigo; si bien a veces uno ha llegado de otros niveles con respecto a ciertos contrincantes, y eso los lleva a jugar duro o pegar fuerte, pero sinceramente han sido muy respetuosos. Salvo uno..”, admite.
Esteban detalla entonces la situación, con nombre y apellido, y muestra su lado más áspero dentro de la verborragia al instante de poner en situación ese hecho que le dejó un sabor amargo. Tras varios minutos, sugiere al cronista si se puede evitar el nombre, pero en si, la escena no viene al caso para describir la ventaja de la Federación en contar con un nombre ilustre del básquet argentino. Y rememora aquel momento histórico de la Selección enfrentando a la constelación galáctica de EE.UU , en el Preolímpico de Las Vegas 1992.
“Una experiencia increíble, tuvimos una gran predisposición al instante de jugar, sabiendo a quienes nos enfrentábamos; hicimos un partido muy light, evitamos golpearlos; ellos lo vieron, disfrutaron y la verdad, para nosotros fue como un premio estar en cancha contra semejante rival. Ese equipo, antes de la enorme Generación Dorada, merecía tener un cotejo de tales características; lamentablemente quedamos afuera de Barcelona, por un puntito contra Puerto Rico, pero la oportunidad de medirnos contra Michael Jordan, Magic Johnson, Larry Brd y tantos monstruos, es inolvidable”, asegura. Promete una nueva charla, donde pueda contar tantas experiencias y vivencias de aquel conjunto que fue testigo en cancha de un equipo irrepetible y soñado.
Regreso en la charla sobre este Campos, y la consulta acerca de Ruocco, quien tiene su cabeza puesta en los conjuntos de veteranos. Una opinión sobre él, y si existe en el básquet argentino otra persona que apueste tanto por el maxibásquet.
“Me produce una sensación muy rara Gabriel; lo fui conociendo de a poco y terminó siendo un gran amigo. Entendió que yo quería principalmente ir a disfrutar, y me brindó la posibilidad de estar con gente que no veía hace mucho. Es admirable lo que ha logrado; se propuso hacer algo y cambió el concepto en el básquet de veteranos. Por sobre los triunfos, con su capacidad económica profesionalizó el entorno con camisetas, zapatillas, bolsos; puso los equipos como si fuese la Liga Nacional. Ganes o pierdas te invita a cenar luego de los partidos; por supuesto, todos queremos ganar y estar lo mejor posible. Me ha tocado perder un par y la verdad uno lo sufre; la cena no es igual a cuando uno gana y es lógico. Se ve igualmente el esfuerzo de todos, donde vienen de trabajar, de viajes; lo he visto a Gabriel irse hasta Mar del Plata para buscar a un jugador, solo por un encuentro. Incluso, si bien yo tengo vehículo, me lleva de regreso al hotel o departamento donde me alojo, porque no quiere que esté solo en la noche de Buenos Aires. Es sin dudas una sensación increíble, en la cual esas cosas que tiene de más, a veces son criticadas. Y eso me duele, porque en este ambiente, hay gente que juzga de más. Soy de una personalidad fuerte, y la tendencia a veces es reaccionar. Pero luego recuerdo que vengo a divertirme y jugar, y entonces no me enrosco en situaciones de esas características. Campos de Echeverría se merece todos los títulos logrados, y un montón de jugadores están contentos con él. Ya es un amigo, y más allá de jugar o no, seguiré a su lado; no hay vez donde esté en Buenos Aires que no salgamos a comer o lo visite”, afirma.
Trabaja con un grupo de especialistas en temas de salud en la provincia de Santa Fe. Estuvo un tiempo ligado al básquet, Durante la última etapa de Germán Vaccaro en la CABB, fue convocado siendo la cara visible del programa “CABB Solidaria”, donde estuvo part time. “Siempre desde mi lugar, ayudando y dando una mano a través de mis contactos. Cuando fue la partida de Vaccaro, la gente nueva me convocó para integrarme a la Dirección Deportiva, pero les expresé mi imposibilidad de estar un ciento por ciento de mi tiempo y no hubo problemas. Pero luego, con la administración actual, no me tuvieron más en cuenta y lo entiendo, Tal vez la realidad indica no tener el tiempo necesario para ayudar debido a mis compromisos laborales”, comenta.
La charla transcurre sobre sus años iniciales, donde vistió las camisetas de Estudiantes y Olimpo en dos ocasiones en cada una de ellas, Anécdotas de aquella etapa de nacimiento de la Liga Nacional, cuando Esteban era un jovencito y asomaba bajo las luces de nombres históricos de este deporte. Pide que se mencione a sus compañeros, y remarca el agradecimiento de poder compartir este tiempo en las canchas con ellos: Alejandro, Claudio, Archie, el Zurdo, entre todos los que integran el +50, quienes ya inscribieron sus apellidos como los primeros campeones de esta categoría.
“Un párrafo especial para el Chino y su esposa, quienes siempre vienen a vernos; hacen un esfuerzo tremendo, por más lluvia o clima incordioso que haga. Ellos son el reflejo del sacrificio que se hace en Campos”, expresa, dejando en claro al mencionarlos con sus nombre de pila o apodos, el clima de camaradería que se ha forjado en este proyecto liderado por Gabriel Ruocco, que alberga a figuras históricas. Como Esteban Pérez, el Gallo que nuevamente cantó campeón.