Culminaron los certámenes en sus tres categorías

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Actualizado: diciembre 13, 2017

Este año fue una prueba más que el Maxibásquet de FeBAMBA sigue en permanente crecimiento. Ya no solo con el número de equipos, sino la novedad de haberse reestructurado las categorías, con el fin de darle paso a una nueva. Así entonces, a las existentes +35 y +45, se mantuvo la primera, en tanto la segunda fue cambiada a +43 y el nacimiento de la +50.

El entusiasmo y las ganas de participar en estos certámenes, hizo que varios de los jugadores fueran parte en sus clubes de dos o más equipos; por ejemplo, varios de quienes estaban entolados dentro de +50, estuvieron durante varias jornadas en el año con los +43.

La más numerosa, como sucede habitualmente, fue la +35, con tres divisiones y un total de cincuenta y ocho equipos. Una divisional muy competitiva, fuerte y atractiva, donde cada año se agregan jugadores con reciente paso por los torneos superiores de la Federación. Dos divisiones con dieciocho conjuntos y otra (la C), con 22. Esta última recibiendo en el 2017 a varias entidades que se suman al campeonato, y desde allí, asentarse para llegar en algún momento a la A, integrada por conjuntos en sus filas con apellidos ilustres de la Liga Nacional.

Por su parte, el +43 no sufrió demasiado la escisión y también presentó una atractiva competencia de treinta y seis equipos, subdivididos en dos divisiones, con ascensos y descensos. En tanto, la novata +50, en este primer año de formalizada, contó con quince planteles aglutinados en un solo torneo, pero con el progreso permanente del Maxi, no caben dudas de no ver transcurrido mucho tiempo en que la misma también esté en sintonía con las otras, cuando de cantidad se habla.

En las tres, hubo un factor común, llamativo pero nada sorpresivo: Campos de Echeverría se coronó campeón. Conocido en el ambiente la impronta profesional que le da su mentor, Gabriel Ruocco, el tiempo, dedicación y recursos destinado a estas categorías desde hace años, dio sus frutos y monopolizó los campeonatos. Nombres como Esteban Pérez, Raúl Merlo, Roque Fernández, Ruperto Herrera, entre otros, habla de la jerarquía de esos equipos, y el placer de ver en cancha a verdaderas leyendas del baloncesto nacional e internacional.

Se consagró tras vencer en la serie decisiva a Tres de Febrero, un excelente conjunto con un enorme año, pero que no le alcanzó para doblegar a Campos. Tuvo buenas fases regulares, y desde el mismo inicio de la temporada se lo vio como uno de los posibles candidatos a ser campeón. Con Guido Tabasso, Pablo Céliz y los hermanos Freddi como figuras relevantes, el equipo se mostró consistente, sólido y dueño de un juego atildado y veloz.

El recorrido del campeón en los playoffs indicó cuartos de final contra River, el único que le sacó en estas instancias un juego, Gevp en semis y el mencionado Trede en las finales. Este último, antes de la llave decisiva, superó a Obras y Platense.

El Calamar de Vicente López, campeón de la temporada anterior, volvió a ratificarse como un protagonista de lujo en el certamen, y se subió al podio, venciendo a Gimnasia y Esgrima de Villa del Parque por la obtención del tercer puesto.

En la parte baja de la tabla, Sportivo Ballester, Unitarios de Marcos Paz y Gimnasia y Esgrima de Ituzaingó ocuparon los últimos tres lugares, y por eso descendieron. Jugarán en 2018 la Divisional B. En el caso de los equipos pertenecientes al Oeste del Gran Buenos Aires, retornan tras haber conseguido el ascenso a fines del 2016; pudieron darse el gusto de codearse con los poderosos del maxibásquet, y en el caso de GEI, guardará en sus retinas haber podido vencer en su cancha a Gevp, cuando la competencia recién estaba en sus albores.

Club Morón se consagró como el mejor de la B, y por ello consiguió el pasaporte a la A. Lo acompañará Estudiantil Porteño, a quien venció en las finales para determinar al campeón, y All Boys. Los de Ramos Mejía retornan al sitial superior. Quienes también subieron de división son Tortuguitas, Arquitectura y Banco Provincia, de la C a la B. Unitarios Mercedes, Caza y Pesca, Casa de Padua y Almirante Brown, fueron algunos de quienes se sumaron a inscribir sus nombres en esta categoría.

River Rojo, Altube y Porteño fueron los escollos superados por el Halcón del Oeste y así asomar como el mejor del año. Por su parte, Tortuguitas dejó sucesivamente en el camino a

En la +43, Campos de Echeverría debió derrotar a Lanús para quedarse con el título, mientras que Tres de Febrero demostró tener un buen material dentro de los veteranos, ya que se alzó con la tercera posición. 17 de Agosto, San Andrés y River fueron quienes perdieron la categoría, e irán en la temporada venidera por todo, y conseguir el objetivo de regresar.

Antes del Granate, el flamante monarca dejó en el camino a Sportivo Ballester y Club Morón. El subcampeón, por su parte, a Platense en cuartos y Tres de Febrero en semis.

Quienes ocuparán los lugares de estos tres serán Gevp B, Olimpo y Vélez Sársfield. Los de Villa del Parque, además, se erigieron campeones.

Finalmente, en el +50, Campos consiguió la trilogía de títulos, secundado por Club Morón. No puede dejar de menoscabarse lo realizado por la entidad de Castelar, quien consiguió el título en la B de +35, cuarto en +43 y segundo en +50, lo que sintetiza un muy buen año con su maxibásquet.

Pasó otra edición de los certámenes en el maxibásquet. Campeonatos que año tras año cobran mayor relevancia y prometen seguir sumando jerarquía en nombres, cantidad de equipos y relevancia en sus desarrollos.